Mi amigo

Hoy haré más que un intento, un ejercicio. Escribir en la lengua de Cervantes. A los nativos les puede parecer una prosa portuguesa, sin embargo, hoy, necesito escribir en español, pues quiero acercarme más a determinada persona.
¿Cómo funciona una amistad? ¿Qué tipo de hechos establecen que ahí ella existe? No sé si tengo una respuesta, aunque tenga algunas hipótesis. Lo que es de extremada importancia es un cambio. Sí, un cambio. Escuchamos cuando se hace necesario escuchar, hablamos cuando se nos hace imprescindible la palabra y callamos cuando el silencio es urgente. Lo digo, pues eso es ejercicio pleno para la creación, conservación y expansión de una amistad.
A veces, los roles se invierten, pues la vida cambia su rumbo, porque, quizá, este sea su único rumbo: cambiar, constantemente, de rumbo. Y quien cree que tiene el papel de proveedor pasa a ser provisto, no financieramente, sino emocionalmente. Por lo tanto, no es pérdida o problema que se apoye a quien siempre nos ha apoyado.
Es decir, las oscilaciones de la experiencia del ser humano, nos llevan a necesitar de la ayuda de quien a menudo ayudamos, y uno puede tenerlo con seguridad, que poder ayudar a quien nos ha ayudado, nos hace bien al espíritu, más, probablemente, que a la persona a quien ayudamos.
Y, aunque que creamos que es complejo pedir ayuda, pidamos pues al paso que la pedimos ayudando. Y esa ayuda no es algo filantrópico, sino el germen de la amistad, un cambio de opiniones, consejos, charlas, jamás limosna, jamás algo que lleve a la persona a sentirse humillada, pues no se imagina el bien que le hace al otro.
Lo mejor de la vida es tener amigos, que podemos ayudar cuando nos ayudan y ser ayudados cuando ayudamos. Y siempre, pensemos positivamente.